Empecé a estudiar peluquería con 17 años y continué con el Grado Superior de Estética. Durante mis estudios además, trabajaba en Antena Aragón y otros centros de estética como aprendiz, si cobrar nada, claro.
Luego me fui a vivir a Zaragoza y entré a trabajar en el gran centro de estética Yondi. Su directora, Estrella, es una gran profesional y prendí muchísimo de ella.
Por azares del destino, dejé la estética durante 5 meses y ese tiempo lo dediqué a explorar otras posibilidades laborales. Entonces empecé a trabajar en El Corte Inglés como dependienta, pero hizo falta muy poco tiempo para que me diera cuenta de que, lo que me gustaba de verdad, era la estética.
Durante aquél período me sorprendía a mi misma haciéndoles las cejas, pedicuras y manicuras a mis compañeras en sitios tan poco usuales como los probadores del almacén. Verme en esta situación me hizo reflexionar y me planteé volver a la estética.

Durante la época en que estuve empleada en El Corte Inglés conocí a Sara, una chica profundamente enamorada de Japón, del manga con su estética particular y de las honorables costumbres japonesas.
Sara abrió mi mente al conocimiento de esa milenaria cultura y alimentó en mi un amor creciente por lo japonés. Por su noble filosofía, por su cuidadosa forma de atender todo y a todos, por el gusto por los detalles y los acabados perfectos, por su delicada y sensible estética, por su idioma…
Cuanto más conocía al Japón, más me fascinaba hasta que en el año 2017, después de mucho desearlo y trabajar por conseguirlo, viajé a Japón para conocerlo en vivo y en directo. Allí me especialicé en acupuntura y masaje japonés, terapias que, entre otras, te ofrezco en Izumi Spa.

El 8 octubre de 2004 Izumi Spa abrió sus puertas al público. El recién nacido proyecto concebido en mis sueños, el primer Centro de Estética con Spa integrado de Aragón, ese día cerró sus puertas habiendo atendido a sus primeras 4 clientas, que quedaron tan satisfechas que volvieron para presentarles Izumi Spa a sus amigas.
Me sentí muy grande entonces, grande y capaz de todo lo que me propusiera. Se había encendido una llama en mi que ya nunca se iba a apagar. Y sigo proponiéndome realizar grandes acciones para beneficiar mucho y a muchas personas.
Y quiero que sepas que estaré encantada de recibirte en Izumi Spa y atenderte personalmente.
